Bienvenido a La Carretera Expedientada

Un espacio para leer historias, pasarlo en grande, compartir textos literarios y comentar con libertad.

un saludo, Félix Olivera

lunes, 18 de diciembre de 2023

Orfebre, de mi amigo de Clan Dlan Deekin y una maravilla que quiero compartirles. Para mí esto es escribir, y algo cercano a una obra maestra literaria. Un texto así jamás merecería el olvido. Abrazos :).

Orfebre. El Orfebre ama su trabajo y está orgulloso de él. Cada vez que termina una estrella le busca un lugar en el firmamento y la fija con cuidado. Lo hace con detenimiento, observando desde todos los ángulos posibles para ver si el efecto es de su agrado; el Orfebre es un perfeccionista Al llevar eones trabajando, el fundir, el golpear y el pulir estrellas ya no tiene ningún misterio para él. Cuando ve la materia prima ya sabe cual es la clase de estrella que puede fabricar. No son lo mismo las lágrimas de un amor roto que los suspiros por un amor imposible. Le llevó tiempo descubrir que para elaborar las estrellas blancas y pequeñas, esas que se asemejan a trocitos de hielo, no hay nada como las lágrimas por un amor que se rompe. Esas lágrimas son duras; se pueden golpear con fuerza para reducir la estrella a su dimensión más perfecta sin miedo a que se rompa en mil fragmentos. En cambio para las estrellas fugaces, ahí sí el Orfebre utiliza los suspiros. Pueden ser por amar a una desconocida, por añorar un antiguo amor, por recordar tiempos felices compartidos con personas que ya no existen... eso sí, siempre tienen que tener su origen en un imposible. Sólo descarta los suspiros que nacen de deseos materiales; éstos tienen muchas aristas e imperfecciones y es un trabajo perdido incluso para un artesano del nivel del Orfebre, ya que no se les puede imprimir una bonita órbita ni un color que sea distinto al negro. Tampoco suele trabajar con lágrimas que nazcan de la alegría. Estuvo un tiempo intentándolo pero cuando no se evaporaban al tratar de fundirlas, se quebraban al primer toque del martillo o se apagaban cuando trataba de pulirlas. Las pocas que sobreviven al proceso de elaboración son muy delicadas y, como la propia felicidad, tienen una vida muy corta. Son de un bonito color dorado que titila alegremente. Aunque son muy hermosas, suponen mucho trabajo para tan poco rendimiento y además la materia prima no es muy abundante. Las lágrimas por los sueños incumplidos, esas sí que son abundantes. Gran parte de las estrellas que iluminan el cielo tienen su origen en ellas. Tienen un bonito color azul y suelen ser más bien grandes. Son fáciles de trabajar, muy dúctiles, por lo que el Orfebre suele hacerlas muy estilizadas, con muchas puntas afiladas que recorren la superficie de la estrella, como si ésta buscara algo donde clavarse, algo que desgarrar. Sin embargo, no son esas las favoritas del Artesano. A él le gustan las que parecen que rasgan el cielo en las noches de luna nueva. Son muy laboriosas porque las lágrimas que utiliza deben ser recogidas en el instante justo. Ese momento puede ser un segundo, una micra o tal vez días. Cuanto más tiempo apure el Orfebre en cogerlas, mejor resultado tendrá al forjar la estrella. Pero el riesgo es grande: si tarda demasiado se malogrará la lágrima y sólo podrá elaborar una estrella vulgar más. El truco, o mejor dicho la habilidad, radica en atrapar junto a la lágrima un fragmento del alma de la persona de la que brota. Esto sólo se produce en aquellos casos en los que el ser humano se engaña a sí mismo. Como, por ejemplo, esa chica a la que ahora mismo el Orfebre no quita los ojos de encima. La muchacha acuna a su hijito y se miente diciendo que todo va a salir bien, que la ciencia médica ya lo puede todo, que ha rezado a todos los dioses, que ella es buena, que no se merece tal castigo. Y se miente y ella sabe que se está mintiendo. Pero no quiere abandonar la mentira de la esperanza. Cuando la realidad se imponga, cuando lo inevitable se encarne y se muestre ante ella, llorará. Pero antes que broten las primeras lágrimas sentirá una fuerte opresión en el pecho y durante unos segundos todo tendrá, para ella, un aura de irrealidad... justo en ese momento se produce el desprendimiento. Al instante llegarán las lágrimas, fuertes y amargas, abundantes y desesperadas y prendido de ellas un trocito de su alma... Esa es la especialidad del Orfebre. Forjar estrellas para luego contemplarlas satisfecho y no como los humanos, que miran al cielo en silencio y las observan con detenimiento, casi como si supiesen; como si estuviesen buscando cuál de entre todas ellas contienen sus esperanzas rotas.
Texto escrito por el artista Deekin para Clan Dlan

viernes, 8 de diciembre de 2023

EL ÚLTIMO CASO SIN RESOLVER

Los agentes llegaron al mortuorio y vieron que la chica desconocida había  resucitado. Le preguntaron que qué había sucedido y ella tan solo dijo que había sido cosa del sueño, el sueño eterno...

-No es posible que estés aquí entre los vivos porque te vimos muerta... La muerte no existe agente. Y ya no recuerdo nada de mi vida anterior ni lo que sucedió. Simplemente me desperté aquí.-

El agente no dejaba de mirar a la mujer consternado. Es más alucinante comprender el misterio de una resurrección que de una muerte y un asesinato.

-Quizás puedas contarnos algo del más allá, puede que algo se nos haya pasado desapercibido. Mira, hay casos de agentes que nunca vivieron estas situaciones y los demás lo creyeron sin admitir lugar a dudas. Así es el misterio del universo. Compañero agente, si quizás lograra usted salir de su crisis existencial y lograra alcanzar algo de luz en su vida. Lo vemos tan perdido agente. 

Ante la inmensidad inabarcable de infinitas puertas y de caminos que se alzan ante usted. De verdad que estamos preocupados porque acabe quitándose la vida o colgándose de una soga en un apartamento abandonado de la gran ciudad. Cuando la mayoría de la gente no logra entender algo estos empiezan a correr rumores infundados, ya sabe usted sobre el mal juicio de las personas y su crueldad. Pero la muerte llama a la muerte sabe usted. Al mismo tiempo usted desconfía de todo el mundo por esta misma razón, y ha llegado a no creer en nada. Le teme a todo pero tampoco busca soluciones reales joder. Todos nos sentimos impotentes y consternados. Creemos que debería hacer algo ya por sus sueños y piense en todas sus luchas y batallas vencidas. Recuerde que nunca llegó al puesto donde llegó sin intentarlo.

Entonces, el agente increpado por su compañero se sacó un paquete del bolsillo, lo abrió y extrajo un sobre con el formato antiguo de las cartas. Lo leyó en voz alta frente a sus compañeros y la extraña mujer que acababa de resucitar.

La carta narraba esto: Tal día como hoy esta mujer llamada Sara volverá a la vida, diga lo que os diga no la creáis porque no es realmente ella. La verdadera Sara sigue estando muerta.

Y eso es todo...

-¿Que la verdadera Sara sigue muerta?-le respondió sorprendido el agente.

El otro agente sintió un punzada en el corazón y se sintió que iba a morir, también sintió unas ganas increíbles de huir de aquel lugar, de aquella habitación y de abandonar aquel maléfico caso. El miedo invadió su cuerpo, y de pronto le entraron ganas de lanzarse al vacío de aquel enorme rascacielos de Nueva York. Entre balbuceos logró enunciar estas palabras:

-¿Entonces quien es realmente esta mujer y porque narices esta viva si todos la vimos muerta con nuestros propios ojos?

-Creo que se trata de espíritus demoniacos señor. Obra del maligno.-

-Bueno compañero. ¿Vas a abandonar el cuerpo o finalmente me vas a ayudar a resolver el caso?-

Y justo cuando el agente compungido iba a hablar Sara se revolvió en la camilla, se abalanzó sobre el agente y le besó en los labios sujetado su cabeza con unas manos heladas. Acto seguido el agente cayó al suelo fulminado por el susto y  toda la situación sin saber que era verdad o mentira.

Realidad y ficción se mezclaron como el agua y el barro... Allá afuera en las calles de Nueva York alguien se tiraba por una ventana de un rascacielos, y un cuervo lloraba sangre por los ojos en el alfeizar de la ventana de aquella misma habitación.

-He vuelto a escribir.-dijo Dios resoplando aliviado, quien en realidad estuvo moviendo la mano del escritor todo el tiempo.

- Te daré otra oportunidad muchacho. Vas a ver que la vida es lo que yo decido y punto. Nada más.-

En otra realidad los dos agentes eran dos pájaros enjaulados en la habitación de un hombre de treinta y seis años que solitario dudaba todo el tiempo sobre el futuro de su vida. Sobre la presunta seriedad de las decisiones tomadas y sobre la notoria estupidez de la gente. Estaba muy asustado en realidad, de pronto se vio solo, aislado, incomunicado y en un arrebato cercano a la demencia liberó al loro y liberó a la tórtola que no sin asombro descubrieron la libertad como nunca antes la habían experimentado. 

De pronto, sus alas se desplegaron y sin un rumbo fijo se dirigieron a ningún lugar. El loro le picó con fuerza en el dedo índice y el hombre de treinta y seis años lloró mucho por el inesperado picotazo de su querido amigo. Amaba tanto a esos pajarillos que deseó que siguieran vivos allá donde fuesen.

Así que dios cogió la pluma del escritor y los convirtió en hombres y agentes de policía de investigación criminal. No se maten por favor que el tiempo arregla lo que parece imposible de arreglar. El amor salva pero jamás te lleva a la muerte.

Ahora somos dos pájaros y al mismo tiempo somos dos agentes de criminología de la policía de Nueva York por que dios así lo ha decidido. La vida esta llena de miedos, silencios, equivocaciones, llanto, súplicas y traiciones.

¿Qué no comprendéis porque Sara ha resucitado? Entonces es porque tampoco comprendéis la vida, y esta a veces solo se comprende a través de las oraciones. En el peor de los casos sin resolver de su vida hagan oración y Dios los escuchará. ¡Feliz Navidad!



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