Bienvenido a La Carretera Expedientada

Un espacio para leer historias, pasarlo en grande, compartir textos literarios y comentar con libertad.

un saludo, Félix Olivera

martes, 2 de octubre de 2018

El Guardián de la Puerta, capítulo 7

La Bruja salió al encuentro de Jaro, las Ratas y las dos Ondinas, al tiempo que una feroz y mortal sonrisa maquiavélica salió de su rostro e hizo sentir escalofríos al grupo de amigos.
-¿Así que venís a recoger a la muchacha que tengo presa en mi castillo?-les preguntó la Bruja con tono socarrón.
Entonces, Jaro se adelantó al grupo y habló en nombre de todos como el líder carismático en que se había convertido.
-Tengo que advertirte Bruja solitaria de que hemos sobrevivido a infinidad de peligros hasta llegar a este lugar. Sin embargo, no pensamos ni por asomo, ni siquiera lo anhelamos, que nuestros pasos acaben aquí, y que al final nos encierres en una de tus lóbregas celdas y acabes devorándonos con tus fieros colmillos al tiempo que suplicamos por nuestra vida al buen hacer de los dioses.
No teníamos ni la más remota idea de que aquí vivía una joven muchacha, pero si la tienes aquí apresada, asustada y hambrienta la liberaremos y a ti te daremos una lección que no puedas olvidar ni más allá de la muerte.-sentenció Jaro.
Tras escuchar a Jaro la Bruja dio una carcajada maquiavélica y de pronto se rodeó de todos los Espíritus y Almas perdidas del Bosque de los Suicidios. En seguida, una nube de vapor verdoso cubrió a Jaro, a las Ratas y a las dos Princesas Fluviales, y esto les impidió reconocerse los unos a los otros.
Cuando de pronto parecieron escuchar el siseo de varias Serpientes enormes que se deslizaron entre las piernas de Jaro y las Sirenas. En esos aterradores momentos las Ratas se subieron asustadas a los hombros de Jaro y las Ondinas se unieron a él en un intenso abrazo. Después, Jaro  recordó una feliz frase que su padre siempre le recordaba cuando él vivía.
<<Jaro quiero que recuerdes esto siempre y tenlo en tu memoria hasta el fin de tus días, ya que puede que durante el transcurso de uno de ellos te haga falta. Jaro hijo mío debes recordar que en la unión está la fuerza y en la división está la debilidad. Cuando estés solo en tu vida y todos los peligros del mundo te acechen, a la par que criaturas malévolas traten de destruirte deberás unirte a los que te aman con más fuerza que nunca.
El Amor siempre ha sido la clave de la salvación de los seres de puro corazón y también en los más oscuros de la mía cuando todas las luces de esperanza se esfumaron. Has de saber que allí donde alberga luz y verdad no es capaz de entrar la Oscuridad del Mal por mucho que se esfuerce en conseguirlo.
Únete a los que te aman de verdad y así lograrás vencer cualquier adversidad que se te presente y tras esto tus temores se harán cada vez más pequeños y como el humo de una hoguera de una fría noche de Invierno se desvanecerán y desaparecerán. Nada ni nadie podrá derrotarte sin temor, y ante esta verdad que te digo verás que cualquier Demonio, Bruja o Fantasma te resultará patético. Y fue cuando el recuerdo de la voz de su padre dejó de hablarle en su mente cuando Jaro despertó de su trance y le advirtió a la malvada Bruja con estas palabras:-¡Bruja endemoniada! ¡Ya no te tengo ningún miedo! ¡Te haremos liberar a la muchacha de tus garras de rapaz! ¡Se acabó el rapto!-le gritó Jaro enfurecido.
Y acto seguido la Bruja se achantó y gritó encolerizada apareciendo ante ellos con la horripilante apariencia de una Serpiente de tres cabezas. La Hidra. Ya que en un último intento de defenderse la Bruja había resuelto mostrar la más poderosa de todas su máscaras de Hechicera diabólica.
Solo que esta vez, y gracias a la memoria que albergaba en sus recuerdos de juventud Jaro no se acobardó y le devolvió a la Bruja malvada su más feroz y violento grito de guerra.
-¡Esta vez no me derrotarás! ¡Serpiente hija de una ramera de los bajos barrios de Nurmenia! ¡Cerda arrabalera!
¡Ahora me temerás a mí y a toda la furia de Mis Amigos! Tengo conmigo la verdad del Amor.-dijo Jaro.
¡Venid a mi Ratas y Princesas de los Mares!-exclamó Jaro. –Mi padre me dijo un día que en la unión reside la fuerza y que en la división está la debilidad. ¡Vamos a cortar esas cabezas a la Hidra!- sentenció el valiente muchacho.

Y fue entonces cuando la Malvada Bruja transfigurada en Serpiente de tres cabezas lo escuchó con asombro y asco, y se lanzó al ataque con muchas menos ganas de sonreír y muy turbada por el infeliz cambio que los acontecimientos iban mostrandose para ella. La más oscura y mortífera de todas las brujas de aquel Reino, aunque había más no se conocía a otra Reina Bruja más oscura que ella y por moementos se veía perdida.


Imagen posteada