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un saludo, Félix Olivera

domingo, 14 de diciembre de 2014

El Castillo Infinito

EL CASTILLO INFINITO




Por Félix Olivera



Por: Félix Manuel Olivera González  -Librilla - 2.014



PRÓLOGO


El rey desterrado cabalgaba a lomos de un caballo oscuro bajo la amarga sombra de una noche estrellada.
Iba vestido con armadura y blandía una hermosa y mortal espada acerada.
Una maldición caía sobre el rey desterrado. Los malvados hechiceros de su reino lo condenaron a vagar por los páramos hasta que encontrara a alguien que fuese capaz de acabar un castillo maldito. Pues ningún arquitecto había logrado terminarlo en vida.
El castillo se iba volviendo cada vez más complicado en su estructura transformándose en una delirante red de escaleras, habitaciones, torres de homenaje y fosos de aguas estancadas infestados de mosquitos.
Parecía improbable que aquel lugar pudiese ser habitado por una casta de monarcas y el tiempo se estaba agotando para el reino.
De modo que si en el breve periodo de cinco años aquel desaguisado no era concluido, el rey desterrado jamás podría volver y la paz en el reino nunca llegaría.
Con lo que al final los hechiceros oscuros destruirían el mundo con su magia y el caos reinaría de nuevo.

Marcos había comenzado las vacaciones de verano, se encaminó a la biblioteca y se perdió entre los anaqueles de literatura fantástica.
Encontró un libro maltratado por el paso del tiempo, buscó una mesa solitaria, una silla y comenzó a leer lo que al principio parecía una historia sencilla sobre un rey desterrado que pretendía terminar un castillo. Al final de una extensa narración, Marcos levantó los ojos del libro y despertó en su cama. Más tarde salió a la calle y descubrió un nuevo mundo de castillos y princesas, de justas, torneos y batallas a corcel y espada.
Marcos boquiabierto se frotó los ojos pero nada consiguió sacarle de aquella realidad. Hasta que de pronto se acercó al galope el rey desterrado. Que lo nombró escudero y lo conminó a ayudarlo en su imposible tarea




LA PRIORIDAD


Capítulo 2

Las llamas se elevaban en la hoguera hacia las estrellas provocando reflejos tenues en las caras de Marcos y el Rey Desterrado. La noche era fría y el viento del lejano Norte soplaba helado.

Mientras que Marcos sacaba brillo con un estropajo a la armadura de su amo, el rey canturreaba una antigua canción que hablaba sobre el significado de la pérdida, y cuando acabó de cantar le habló al muchacho por curiosidad.

-¿Extrañas tu hogar, jovenzuelo?-

Pero Marcos tan solo le echó una mirada seria que hablaba por si sola.

-Te ayudaré a volver a tu casa. Te lo prometo. Justo antes de que todo este asunto haya terminado.- 

En ese momento, cuando Marcos se disponía a contestarle fue interrumpido por los jadeos y la respiración entrecortada de un extraño que apareció de la nada.

Marcos y el rey se levantaron con presteza del suelo y se acercaron al hombre que se tambaleaba de un lado a otro.

De modo que Marcos sujetó al hombre de edad avanzada por la cintura y observó que tenía sangre en las comisuras de la boca.

De pronto, el desconocido miró a Marcos con los ojos desorbitados y lo agarró del cuello de la camisa con fuerza.

-¡Una extraña enfermedad los ha vuelto locos a todos, y los desertores están prendiendo fuego a Ciudad fronteriza!-afirmó el hombre desdichado.

Luego, tomó un poco de aire y continuó con las explicaciones.

-¡También han capturado a la reina Era, que está cautiva en las mazmorras del Palacio!

¡Ayudadnos a resolver este conflicto! ¡Os lo ruego Guerrero Errante!-

Pero esas fueron sus últimas palabras pues el lugareño cayó al suelo desplomado, y el rey y Marcos vieron la malograda flecha que le atravesaba la espalda hasta el torso.

-¡Marcos, tráeme las armas! ¡No estamos solos!-le instó al chico, al tiempo que miraba a su alrededor con recelo.

Entonces, Marcos le entregó la espada, el escudo, el casco y se ocultó tras unos arbustos de hierba del camino. Cuando de pronto, dos flechas flamígeras silbaron cerca del oído del rey que se ocultó tras un gran árbol movido más por el instinto que por la experiencia en las escaramuzas.

-¡Tal y como me temía, una avanzadilla de arqueros procedentes de la milicia desertora de Ciudad Fronteriza! 

¡Vamos, salid de vuestro refugio, valientes cobardes y abandonad las sombras!-exclamó el Rey Desterrado, en guardia y preparado para el combate.

Momentos después hubo un largo silencio que fue interrumpido por el inofensivo cri, cri de los grillos y no sucedió nada.

Hasta que Marcos comenzó a pedir auxilio.

-¡Me han atrapado...!-exclamó, y de pronto Marcos se calló cuando le cerraron la boca y ya sólo podían escucharse sus gimoteos.

-¡Ríndete asaltador de caminos o de lo contrario mataremos al chico rajándole la garganta como a un pollo cebado del corral de mi abuela!-

El Rey Desterrado no se inmutó ni por un instante por las humillaciones y lanzó un silbido gélido y penetrante que atravesó los bosques en todas direcciones.

-¡¿Pero qué pretendes imbécil?! ¿Que te ayuden las ardillas? ¡¡¡A estas horas ya estarán durmiendo el sueño del borrego!!!-se burlaron de nuevo.

El caballo del rey llegó al claro a galope tendido y los dos asustados arqueros soltaron a Marcos y el puñal que le habían puesto en la garganta.

Sombra de Ébano se acercó con rapidez y una gran agilidad al Rey Desterrado, que se sentó en la montura, liberó su espada del cinto y cercenó las cabezas de los arqueros con sorprendente facilidad.

En seguida, las cabezas rodaron hacia el lugar en el que Marcos estaba tendido y entonces el chico se alzó del suelo horrorizado. 

La figura del Rey Desterrado a lomos de Sombra de Ébano fue dibujada como un relieve inmortal, casi fantasmal, tras la blancura grisácea de una Luna inmensa que estaba coronada con varios anillos de meteoros. A Marcos esa Luna le recordaba al Saturno de su mundo, solo que aquel era "otro" muy distinto.

-Marcos, será mejor que prosigamos nuestro camino.-dijo el rey a lomos de su corcel. Solemne e imperturbable mientras el viento arreciaba entre los árboles y las crines de Sombra de Ébano.

-¡Es que no piensas hacer nada por esa gente! ¡Ese hombre dio su vida por ayudar a su pueblo!-le replicó Marcos con indignación.

-No es asunto nuestro. Corren tiempos difíciles muchacho, es cierto, pero ya he pagado suficientes platos rotos hasta hoy. Mi lucha tiene fecha de caducidad y el plazo se acorta con el transcurso de los días. Puede que hayas conseguido un poco de confianza en ti mismo al sobrevivir a este mundo que no es el tuyo pero eso no cambiará las cosas, y ya no hablemos de solucionarlas.-le contestó el rey sin apenas inmutarse.

-Pues entonces yo no sabré nunca cómo ayudarte. No sé nada sobre acabar castillos interminables. ¡Estoy atrapado en tu sueño, Rey Desterrado de vete a saber qué reino!-le dijo Marcos enrabietado y al borde de soltar una lágrima; pues seguía siendo un niño.

El Rey Desterrado lo miró con una cara de furia no muy propia de él hasta ese momento. Inmóvil, frío y resistente como una roca.

Marcos se estremeció, desde el mismo momento en que llegó a ese extraño lugar había sentido que su vida no significaba nada. Que podría morir en cualquier momento e incluso a manos de su señor. Seguidamente, la tensión creció y creció para luego romperse como el cristal cuando a lomos de Sombra de Ébano el Rey Desterrado habló con determinación y cierta confianza en si mismo.

-Liberaremos a la reina Era del cautiverio de las mazmorras del Palacio de Ciudad Fronteriza, ya que quizás ella si que sepa como acabar mi castillo.-dijo, y luego miró a Marcos con decepción en su rostro.

El Rey Desterrado seguía siendo consciente de que los días pasaban, de que los meses se echaban encima y de que los cinco años de margen se convertirían en un suspiro.

-¡En marcha!-le instó a Marcos con severidad.

Entonces, Marcos apagó las brasas con tierra y se alejó tras la figura del Rey Desterrado, que ya se internaba en el bosque de las ardillas que soñaban con ovejas y con tiempos turbulentos que nos toca vivir con resignación.


¿Cabría la esperanza para ese mundo? o ¿Algún otro?


EL DON DE MARCOS

Capítulo 3

Marcos despertó de un largo sueño tenebroso. Luego, se desprendió de las sábanas y encendió la luz de la mesita de noche. Posteriormente, se miró las manos arrugadas y los surcos zigzagueantes de las venas que regaban sus manos.

Ese día el anciano cumplía ochenta y siete años. Se sentía débil y cansado. Sus movimientos eran torpes y repetía con frecuencia la misma frase: -Nadie te advirtió de la vejez, sus cambios y la soledad, y sin embargo te advirtieron de que disfrutases de una juventud en la que conociste las mismas causas. Nadie te advirtió de que uno está destinado, si no muere, a ser el mismo. Tú, Marcos, no naciste para disfrutar, y sin embargo nunca perdiste la esperanza. Aquel día en aquella biblioteca conociste a un hombre que cambiaría tu vida, aún oigo en la memoria los salvajes relinchos de Sombra de Ébano; el caballo de Las Mil y una Noches que leí. Se acerca el final y el castillo aún no está...

De pronto, Marcos se detuvo en seco, parecían cascos, y sintió un profundo escalofrío. Ese mundo había cambiado demasiado, ya no había gente en las calles. De alguna manera todos se odiaban, y justo antes de darme la vuelta y cerrar la puerta de la calle lo vi, y fue como el despertar del sueño de esa mañana.

-Hola Marcos.-le saludó el Rey Desterrado. -Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos.-
-Sin embargo tú sigues igual. Parece que los años sólo me trataron mal a mí.-le dijo Marcos.
-No es cierto Marcos, el Castillo Infinito ha sido terminado.-le dijo sonriente el Rey Desterrado. Se acabó el trabajo. Ahora reino con justicia y paz. Tienes que venir conmigo, ya que bebiendo de una de mis fuentes recuperarás la juventud.-concluyó.
 -¿Eres uno de ellos, verdad? Y el semblante del Rey Desterrado se tornó serio. En realidad se trataba de uno de los hechiceros oscuros.
-¿Dónde se escondió?-
-Ojalá lo supiera. Mira, dejadme en paz. Ya soy un pobre anciano.

Entonces, el hechicero se alejó enfadado y se perdió de su vista para siempre.

Poco tiempo después, Marcos se dirigió al cuarto de baño, se rapó la blanca melena y mostró ante el espejo el plano para finalizar el Castillo Infinito. El corazón de la creatividad estaba a salvo, por lo tanto, los plazos también. El que ha creado algo alguna vez puede volver a hacerlo. Así, que Marcos soñó que era joven y que ayudaba al Rey Desterrado, y dio gracias al cielo por concederle tal don, a él, un simple mortal capaz de comprender que con generosidad, paciencia y honestidad se acaba con cualquier mal del pasado.


ANTES DE QUE ACABE EL AÑO

 Capítulo 4


El Rey Desterrado y Marcos cabalgaban a lomos de Sombra de Ébano hasta que alcanzaron las afueras de Ciudad Fronteriza, que permanecía arrasada y cubierta en llamas. Luego se detuvieron.
-¡Canta conmigo!-dijo Marcos rompiendo el silencio de la fría estepa que los rodeaba.
-¿¡Cómo?!-le replicó el Rey Desterrado con incredulidad.
-¡¡¡Estos- hijos- de su madre -no se -saldrán con -la suyaaaa!!!-le cantó Marcos con felicidad, al tiempo que ejecutaba con sus piernas un baile ridículo.
-¡¿Qué!?-
-¡Juntos-otra vez-como al principio! ¡Vuelvo- a ser- joven! ¡Rescatemos- a la -dama en apuros!-concluyó Marcos poniendo fin a su baile improvisado.

-¿Me buscabais por casualidad?-les preguntó Era con mofa apareciendo prácticamente de la nada. La muchacha era preciosa y estaba para algo más que para pasar un rato divertido.
-¡Menuda operación de rescate!-exclamó Marcos sorprendido por la repentina aparición de la mujer.
-Sé defenderme sola. Venga, no me demoraré más por aquí, así que os enseñaré mis fabulosos poderes de tele transportación de bruja titulada en la más alta escuela de hechicería de lo que fuera Ciudad Fronteriza.-
Entonces, la bella Era se iluminó por completo y los destellos que desprendía su esbelta figura cegaron a Marcos y al Rey Desterrado.
Y cuando recuperaron la visión se encontraban frente al Castillo Infinito.
Trescientas excavadoras, cuarenta grúas de demolición y cientos de esclavos con mazas y cinceles estaban derribando el Castillo sin descanso.
-¡Tenemos que detenerlos antes de que llegue el próximo año!-gritó el Rey Desterrado a sus aliados con preocupación.
-¡Tengo una idea!-exclamó Marcos con sorpresa. -Les pondré la música del Mp3 de mi mundo.-
Y entonces, sonó a todo volumen una música guitarrera y simplona que los volvió locos fans de losbeatles y los entretuvo por un tiempo como haría el famoso flautista de Hamelín con las ratas, hasta que aparecieron los Hechiceros Oscuros con ganas de aguarles la fiesta.
-¡¡¡Dejad de poner esa música infernal, desgraciados!!!-gritaron decenas de Hechiceros Oscuros a coro.
-¡¡¡¡Nunca!!!!-se desgañitó Marcos. Desafiante y altivo.
De pronto, hubo un terremoto y el Castillo Infinito comenzó a oscilar y a desmoronarse encima de la maquinaria y de los esclavos.
Procedente de las entrañas de la Tierra surgió un Guerrero Paladín de armadura carmesí a lomos de un fantástico Dragón rojo.
-¡¡¡Entrad al Castillo!!!-le instó a Era, a Marcos y al Rey Desterrado. Entonces, Sombra de Ébano montando al grupo en su lomo atravesó los derruidos muros periféricos de la atalaya, saltó y esquivó numerosos obstáculos, y cruzó con presteza las puertas del Castillo Infinito hasta lograr adentrarse en su interior.
La Tierra seguía temblando cuando el Castillo Infinito se alzó hacia el cielo resquebrajándose por los cimientos y a una altura de unos doscientos metros estalló en miles de fragmentos de roca y fuego.
Al final, El Guerrero del Dragón sonrió satisfecho y se perdió en las entrañas de la Tierra. Al contrario que los Hechiceros Oscuros, que aún no se explicaban que lo que había ocurrido se trataba de una ilusión de la bruja Era.

A SALVO

Capítulo 5

-¿Estamos a salvo?-preguntó Marcos, con el corazón a punto de salírsele del pecho.
-Sí.-le respondió Era con contundencia. -Sobrevivimos a ese mundo que querían dejarnos los Hechiceros Oscuros. Pero en el último momento llegó la esperanza, y todo esto no hubiese sido posible sin la ayuda de Sombra de Ébano.-concluyó.
Entonces, Sombra de Ébano relinchó y zarandeó las crines de lado a lado. El caballo parecía feliz tras haberles salvado de una muerte segura.
-¿Dónde lo encontraste?-le preguntó Marcos al Rey Desterrado, al tiempo que miraba admirado al caballo.
-Él vino a mí hace muchos años, y desde entonces no se ha separado ni un sólo día de mi lado.-dijo el Rey Desterrado. Es un animal fiel e inteligente.
Al fin llegó el momento de abandonar la oscuridad.-dijo Era, al tiempo que encendía una antorcha que portaba en su bolso con el mechero que Marcos llevaba guardado en su bolsillo.
-He pasado miedo de verdad, por un momento creí que no lo conseguiríamos.-dijo Marcos, todavía pálido del susto que se había llevado.
-Estuvieron cerca esta vez, pero creo que se acabó lo peor. Ellos se dieron cuenta demasiado tarde de que no todo en este mundo depende del poder, la fuerza y la destrucción para controlarlo.-explicó Era. -La fe de los buenos actos es la única que perdura.-
-¿Volverán?-le preguntó Marcos a Era con ingenuidad, con miedo a un ciclo eterno de maldad no interrumpida.
-Quizá otros, otras caras aparecerán cuando hayamos logrado olvidarnos de que existen, porque existieron. En otro tiempo.-dijo, y resopló aliviada para continuar. -Nos salvó la imaginación. Creé con mi magia una ilusión que los entretuvo para que nosotros pudiésemos escapar al interior de esta cueva oculta antes de que cambiásemos de ciclo anual. Pero el Castillo o lo que quede de él sigue en pie.-concluyó Era.
-Qué alivio.-le contestó el Rey Desterrado respirando tranquilo.
-Por eso creo que lo más sensato sería volver a Ciudad Fronteriza y conseguir información para luego poder contar con la ayuda de los supervivientes de la milicia desertora.-dijo Era. Si es que éstos se ofrecen a ayudarnos en algo, claro.-
 -Buena idea.-habló Marcos. -En un principio es allí adonde íbamos con la idea de rescatarte.-
-En marcha pues.-finalizó el Rey Desterrado, y Sombra de Ébano parecía tranquilo y feliz tras muchos años desde que aconteciera la maldición.
Poco tiempo después salieron de la gruta, Era se deshizo de la antorcha y contemplaron con asombro los restos del Castillo Ifinito. Los destructores habían huido y los Hechiceros Oscuros se habían marchado sin dejar rastro.
Entonces, la muchacha les contó la verdad. Que en realidad ella no era Era sino su hermana gemela y que había conseguido escapar de la ciudad ocultándose en las afueras y los páramos.
El Rey Desterrado y Marcos se miraron unos breves instantes con desconfianza y finalmente el Rey accedió a que la joven formara parte del grupo.
-¿Y entonces cuál es tu verdadero nombre?-le preguntó Marcos intrigado.
-Dafne.-dijo la muchacha sonriendo.
-Bonito nombre.-concluyó el Rey Desterrado. -Espero que no traiga problemas como el famoso mito griego.-
-No creo que más de los ya existentes. En estos momentos la vida de mi hermana corre peligro y ella podría ayudarte a concluir tu Castillo, Rey Desterrado. Hace algunos años que estudió arquitectura y está considerada como una artista de primer nivel. Ella podría elaborarte un plano para acabarlo.-dijo Dafne.
-Intuyo nuevos y más peligrosos problemas.-le contestó el Rey Desterrado con el semblante serio a la bella Dafne.
-Que resolveremos.-sentenció Marcos en una breve interrupción, a la vez que señalaba su cabeza pensante con el dedo. Y Sombra de Ébano relinchó.
El caballo ya nunca volvió a sentirse inquieto, después de todo aquello, el mundo se sentía un lugar un poco más seguro. Renacido tras una larga lucha en desventaja para los más débiles.

-¿Comemos algo?-preguntó Marcos, al tiempo que le rugían las tripas. -¡Mira Dafne, un enanito!-
-Soy Pom, el duende de los calcetines sucios, niño ignorante.-le dijo el enano, que iba a lomos de un nuevo caracol con un nuevo cargamento de calcetines apestosos.

Pero lejos de allí, algo se revolvía inquieto oculto en las catacumbas del palacio de Ciudad Fronteriza, que ya no era humano. 
De pronto, la losa de un sarcófago real se deslizó chirriando a un lado y un antiguo Rey Olvidado se alzó de entre los muertos para reclamar el trono del Castillo Infinito.

...y Marcos cerró el libro por esa página. Nunca le había pasado algo igual. Nunca se había visto tan absorbido por una historia. Miró a su alrededor y la biblioteca parecía un almacén de trastos inútiles. También surcó por su mente el recuerdo de haber sido viejo, de haber protegido algo valioso por mucho tiempo. ¡Ah sí! ¡Ya lo recordaba! ¡El Castillo Infinito!...y abrió el libro de nuevo sintiendo el reconfortante tacto de la página de papel y el abandonarse a la lectura tanto, que ya no sabía diferenciarla de su realidad.


EL REY OLVIDADO


Capítulo 6

Hastiado de guerra, desafío y desengaño. Espada ríndete. 
Desafío tus siglos de guerras y el derramamiento de sangre sobre el polvo que no redime al hombre. 
Para ti el destierro, el olvido. 
Ilumina al que llora con desaliento bajo la Luna suplicando el fin de la pesadilla. Y libros, dales algo que leer. Pues ya era hora de que viesen ante sus ojos la desidia del mundo que crearon. Consigue así que se olviden de la guerra y del odio.




-Querido hijo, cuando yo muera tú heredarás mi reino.-
-Gracias padre. Aceptaré con orgullo tal responsabilidad.-musitó el muchacho.
-Mis días en este mundo se agotan y el devenir de nuestro antiguo linaje me inquieta en los sueños con frecuencia.-
-Lo sé, padre.-contestó el hijo con preocupación.
-Los espíritus de nuestros antepasados se han revelado contra nosotros y ansían nuestra caída. Por eso, tienes que alejarte de aquí hijo mío. Porque esa es la única manera de proteger lo que somos. Tu madre te ha preparado un caballo con provisiones para el viaje, y pronto tendrás que marcharte de nuestro lado.-concluyó.
-Ya he aceptado mi destino, padre. Ahora, cumpliré con mi deber.-
-¡Márchate hijo mío, ya están aquí!-dijo el Rey con el semblante ensombrecido.
Posteriormente, una oscura sombra se cernió sobre el Castillo del monarca y entonces aparecieron los Hechiceros Oscuros, el linaje antiguo que fue derrotado por la línea sucesoria reclamaba la potestad y mando del reino y el símbolo arquetípico de su casta, La Flor Estrellada, pero el Rey se negó a entregarla, y la muerte y la desgracia cayó sobre todos excepto para el príncipe que llevaba consigo La Flor Estrellada y que en esos instantes huía al galope a lomos de un caballo que parecía una sombra atravesando los largos y tortuosos caminos de la noche.
De pronto, alejado de toda esperanza y perdido en un inmenso Maelstrom de resplandecientes estrellas, La Flor Estrellada comenzó a desprender cegadores destellos que iluminaron su camino, y el fulgor de La Flor le hizo sentir una profunda pena por todo lo que acababa de perder y soñó una canción que siempre recordaría.
 
Entonces, transcurrieron décadas y siglos después de aquellas desgracias. Un número incontable de años que se pierden en la noche de los tiempos hasta que el joven y longevo príncipe se percató por primera vez de su inmortalidad. Así, que el Príncipe Desterrado ya sin un atisbo de miedo a la muerte decidió regresar al Castillo de sus padres y recuperar el reino, pero los Hechiceros Oscuros se lo impidieron y le dieron un plazo de cinco años para que acabase el Castillo que ellos habían maldecido con la eternidad para además poder burlarse de él.
Poco tiempo después de la huida de su hijo los reyes del Castillo Infinito fueron asesinados por los Hechiceros Oscuros y más tarde fueron trasladados al reino vecino por unos asaltadores que desvalijaron sus sarcófagos y los abandonaron en la más famosa y acaudalada ciudad de ese reino llamada con toda razón por su geografía Ciudad Fronteriza, y en las perdidas catacumbas del palacio fueron abandonados a su suerte los padres del Príncipe Desterrado. De la reina no quedó ningún resto pero del antiguo Rey todo fue conservado, incluyendo una hermosa armadura de placas hecha de Ébano.
Y con la cercanía de su hijo a Ciudad Fronteriza el Rey Olvidado despertó de su largo sueño.
En ese instante, La Flor Estrellada brilló en las manos del Rey Desterrado y por fin recordó que su verdadero nombre era Marcos. De modo que su pecho se encogió en un intenso y profundo escalofrío y luego miró a Marcos (al extraño niño de otro mundo) y supo que la verdad ni es casual ni anda muy lejos de uno mismo.

Dafne los instó a continuar  con su camino y Ciudad Fronteriza ya se avistaba de fondo como el marco dibujado de un precioso atardecer.
Allí les esperaba su esquelético padre después de tantos siglos transcurridos por culpa de unos espíritus envidiosos y codiciosos que intentaron gobernar lo que no les concernía.
-Padre, he vuelto para recuperar lo que nos pertenece a ambos.-dijo el Rey Desterrado. -Soy Marcos. Tu hijo.-
-Entonces sé bienvenido hijo mío a Ciudad Fronteriza y cercano bastión de nuestro Castillo.-
Era les había mostrado el camino a las catacumbas y posteriormente les habló de un problema mayor.

Marcos miró a su alrededor, la biblioteca estaba casi vacía y la abandonó con pocos motivos para volver.
-¿Era él el Rey Desterrado?-se preguntó con inquietud.
Más tarde, su madre le abrió la puerta de su casa y Marcos vio que las lágrimas surcaban sus rosadas mejillas. Elisabeth parecía muy enfadada.
-¿Dónde has estado metido durante tanto tiempo?-le preguntó su madre.
-Leyendo un libro.-
-¡¿Leyendo qué?!-le preguntó la madre con preocupación.
-Esto.-dijo señalando el libro del Castillo Infinito, y de pronto Marcos se desplomó en el suelo de casa.
Seguidamente, y tras el repentino desmayo la oscuridad se cernió sobre el muchacho, y le inquietaron infinidad de imágenes grotescas y ecos dañinos del pasado que no conseguía borrar del recuerdo, contempló un humo negro alzándose, vio un Rey Cuervo y sobre todos como en lo alto de una colina se alzaba sobre todos los males de los mundos La Flor Estrellada que lo equilibraba todo y que reflejaba la esperanza de la restitución de un linaje, el fin del destierro por una maldición a un Rey, la conclusión de un Castillo Infinito y la llegada al trono del Rey Desterrado; cuyo nombre es Marcos.
 
Era les terminó de relatar la historia y todos quedaron perplejos cuando escucharon que el Rey de la Oscuridad había renacido y que pretendía conseguir La Flor Estrellada para acabar con la paz del mundo.
Entonces, la Tierra comenzó a temblar y los Cielos se cubrieron de nubes tormentosas.
El grupo abandonó Ciudad Fronteriza y contempló el poder del maligno. Tenía alas de cuervo y asolaba el mundo a su paso con estridentes gritos de furia y muerte, entonces la Flor Estrellada desprendió un potente halo de luz celestial que señalaba en dirección al Rey de la Oscuridad, y éste la descubrió con rabia y vio que aquel objeto podría ser la causa de su destrucción. En seguida huyo de allí, se refugió en el Castillo Infinito y allí esperaría hasta que el Rey Desterrado le entregase La Flor Estrellada pues ese era el único sitio del mundo en el que el mágico objeto no ostentaba ningún poder.
Y todos exceptuando dos Hechiceros Oscuros al percatarse del regreso del maligno se arrojaron al Mar de las Calamidades, ya que ningún mal era superior al suyo, y en el sitial del Castillo Infinito esperó hasta que...
 
Marcos despertó en los brazos del Rey Desterrado, el chico sangraba por la nariz y ya era consciente de que el libro era una puerta entre ambos mundos, pero demasiado tarde pues su madre lo había hecho pedazos y lo había tirado a la basura en el otro mundo; y había perdido la llave para regresar a casa. 

LA FLOR ESTRELLADA


En un campo inmenso de verde realidad nació La Flor Estrellada. En los cielos habitaba la tormenta y el desaliento pero gracias a Ella el mundo fue testigo del fin de las mentiras que se construyen para que reine el mal, la locura y la ignorancia.
Ese día nació Marcos y se convirtió en un Rey Desterrado. Ese día apareció el libro del Castillo Infinito en las manos del anciano Marcos, se palpó la nariz y comprobó que le sangraba con resignación. De algún modo recordó que todo su pasado no había sido un sueño irrevocable.
Era todos sus pasados, todos sus presentes y sus irremediables porvenires. 
Un ser infinito destinado a terminar un Castillo.

 LA BELLA Y EL CUERVO

Capítulo 7


El acto de un sólo hombre(afirmó) pesa más que los nueve cielos concéntricos y trasoñar que puede perderse y volver es una aparatosa frivolidad.

Jorge Luis Borges

Pasaron los días y el Rey Cuervo se hartó de esperar sentado en el trono del Castillo Infinito.
Recordó que unos años atrás una hechicera al ver que era noble y de buen corazón lo había convertido en un horrible Cuervo de aspecto humano y lo había congelado en esa apariencia para que cuando regresara de sus viajes, y muy egoístamente, volverlo humano para seguir aprovechándose de él.
Entonces, apareció una muchacha en el Castillo que el Rey Cuervo no reconoció. Traía consigo La Flor Estrellada y se la ofreció a cambio de que cesara esa guerra estúpida con el Rey Desterrado y de que curara al joven Marcos que estaba muy enfermo.
El Rey Cuervo se negó y La Flor Estrellada comenzó a marchitarse ante su atónita mirada. Así, que muy enfurecido se la arrebató a la muchacha y la introdujo en una urna para impedir que nadie la tocara. De modo que, cerró todas las puertas con su magia y encerró a la muchacha en un calabozo. Desde afuera el Rey Desterrado trató de entrar pero fue en vano, y Marcos parecía cada vez peor.
Transcurrieron los días y el Castillo Infinito se fue llenando de fantasmas que eran los antiguos moradores y los antepasados del Rey Desterrado.
Éstos le aconsejaban diariamente que liberase a la muchacha pero el Rey Cuervo todavía más enfurecido se negaba con rotundidad.
Hasta que un día la muchacha logró escapar de su celda pero tras cruzar una puerta se perdió en un laberinto circular donde cayó exhausta tras casi perecer del agotamiento mental y en el último momento apareció el Rey Cuervo que la salvó de allí y esa noche la invitó a cenar, y a partir de aquel día las cosas fueron yendo mucho mejor, ambos se habían tomado cariño pero La Flor Estrellada continuaba marchitándose.
Una noche los fantasmas organizaron un baile y todos se vistieron con sus mejores galas, y en mitad del baile el Rey Cuervo besó a Dafne.
Más tarde, ella lloró y le imploró que la liberase, y el Rey Cuervo así lo hizo, en seguida cayó el último pétalo de La Flor Estrellada y el Rey Cuervo murió con una sonrisa en los labios.
Por fin sabía lo que era amar a una mujer y el hechizo que congelaba su corazón se rompió liberando al Castillo Infinito de su maldición.
Entonces, se alejaron las tormentas que circundaban el Castillo y una lluvia de oro limpió todos sus males. En ese instante, Marcos abrió los ojos y dejó de sangrar por la nariz. El Rey Desterrado sonrió y lo llamó <<hijo mío>>. Después, apareció Era y le entregó los planos para terminar el Castillo. Sombra de Ébano relinchó feliz. Por poco tiempo. Apareció la hechicera aunque ya estaban prevenidos. El caballo se enfrentó y la mantuvo alejada por un tiempo. Traía consigo otra Flor Estrellada. El caballo se la comió y se volvió áureo y su luz borró la grave sonrisa de la hechicera. Dafne abrazó a su amado. Lloró. Volvió a besarle y el Rey Cuervo se transformó en humano y en mejor persona de lo que nunca antes había sido. Sombra de Oro le dio una coz a la hechicera y ésta se cayó al laberinto circular donde se perdió para siempre.

-Me llamo Matacuervo, querida Dafne. Me convirtieron en una bestia tras encerrarme en la eterna oscuridad del Anticosmos. Gracias por ayudarnos. Te amo.-
Se abrazaron. Dafne y Matacuervo. Felices para siempre. Fin. Tuvieron un hijo y lo llamaron Marcos.
Protagonista del Castillo Dorado. Y Nunca más DESTERRADO. Calor de hembra y paz. Madre de Matacuervo feliz y sonriente en el Cielo. Su hijo abandona la oscuridad y entra en la pacífica luz de la redención tras recorrer un largo y tortuoso camino para convertirse en un hombre encontrado.
Primavera...y fuego interior exhalado. La vida sigue. El Rey Desterrado tiene los planos para acabar su Castillo Infinito. Le tiemblan las piernas del agotamiento tras tantos días en los caminos su alma comienza a oler la mortalidad y con ello es patente su felicidad en el Castillo de La Flor Estrellada y las aguas del río purpúreo son de álgido color de oro. SOÑADO. SUS AMIGOS. ESTÁN. CON. ÉL. No intentes rebasar los límites nunca más. Y termina el cuento pues...¿cómo iba a amar a un engendro? No sabéis lo que os perdisteis. La magia de Ítaca se vislumbra al fondo. Más cerca. Al frente. Estar de vuelta y ser al fin feliz comiéndome una perdiz y dejar ir al ser esquivo, raro y tenaz, de cuyo potencial es culpable y a la vez genial. De un pasado que no volverá. De un presente con cosas que decir y espantar el mal de ojo, el odio, la crítica, el insulto, la vejación, el orden escrupuloso, la esclavitud del dinero y el aprendizaje sin descanso. Recordar la paradoja de la liebre y la tortuga, el infinito, el castillo del Rey Desterrado, los anagramas, los acertijos, las venganzas y sus perdones mejor olvidarlas, mejor la paz a la inquietud, no mentir para vivir o huir o ver para creer con la experiencia para crecer cuando la velocidad es la lentitud. Porque escribir es narrar y tu silencio lo mejor. Significa madurar, desarrollarse en todos los aspectos y haciendo bien en tener madera para quemar y tiempo para hacerla arder. Y AMOR que lo es todo para conquistar lo imposible y verdad con la que aferrarse ante la muerte. Reconocer los placeres como algo necesario, la lectura por ejemplo para desconectar y reír sin insistir tratando de alcanzar la cosa en sí. La voluntad de vivir siempre en Ítaca sin tener que afirmar que todo fue el sueño que provoca el dolor de haber amado.
¿...No es así? ¿Rey Desterrado?
Bonita historia Marcos. Me recuerda a la Bella y la Bestia, pero por favor, no me llames más así y sigamos con nuestro camino.


El hijo que he engendrado me espera y no existirá si no voy.



Jorge Luis Borges. Ruinas Circulares.

LA MEMORIA DEL SOÑADOR


Capítulo 8



""Señor, preserva mi memoria.""
CHARLES DICKENS

En lo alto de una Torre arcana e inmemorial vivía un hombre que durante la vigilia lo había soñado casi todo, y su poder residía en la estructuración de las palabras. Este hombre era un estudioso del mundo antiguo y trataba de explicar el presente desgranando los acontecimientos pasados.
El libro que llevaba escribiendo desde que conoció el sol que guía el destino de los mortales pretendía abarcar todos los caminos.
Su meta consistía en agotar todas las posibilidades que cabía realizar por la acción humana, aunque él sentía en su corazón que era complicado conocer todas las cosas que un hombre debe saber.
Así que un buen día en que el hombre estaba apoyado en la repisa de su Atalaya indestructible divisó a un jinete que cabalgaba a lomos de un caballo percherón negro, seguido de un niño y de una muchacha que avanzaban con paso firme hacia el Castillo Infinito.
Y fue entonces, cuando comprendió que la misión más importante de su vida era impedir que aquel Caballero Errante llegase a alcanzar el Castillo Infinito.
De modo que soñó al Rey Cuervo y lo envió al Castillo, pero Dafne, Sombra de Oro, Marcos y el Rey Encontrado frenaron sus planes y aquel hombre que albergaba toda la furia contenida de su alma decidió que iba a convertirse en su enemigo.
Las graves palabras del hombre volaron con presteza desde la Torre y convocaron ejércitos de bestias que se arrastraban por fangos y que una vez congregadas decidieron que iban a ver destruida a toda la creación. Pero la esperanza por la salvación del mundo no se había desvanecido aunque estos también escucharon el clamor del horror que se avecinaba y el miedo escudriñara sus carnes.
Los hombres libres del mundo no querían Guerra aunque todo se encaminaba hacia la destrucción de sus vidas y las de sus hijos. Descubrieron la conciencia de que este mundo debe ser enriquecido y no arrasado, de que debe madurar y no tanto ser mejorado.
Cuando Marcos por fin regresó a su mundo no acababa de comprender el alcance de todo lo que había visto, y pronto se puso manos a la obra ya que el verano tocaba a su fin.
En seguida, Marcos regresó a la biblioteca y se dirigió a los anaqueles de literatura y buscó durante horas el libro del Castillo Infinito; sin embargo no lo encontró por ningún lado y en su lugar descubrió otro libro titulado ""El Soñador"".
Al leer el título Marcos sintió un escalofrío y se quedó aterido y perplejo. Aquel hombre tenía un poder maléfico y escudriñó su mente. Él era el hombre de la Torre, "El Soñador", y en ese lugar al contrario que en el otro mundo si que lo había soñado todo.
Marcos tendría que usar todo su saber y lo que había aprendido en su corta vida para derrotarlo.
De otro modo, el Mal reinaría en esas tierras y el caos y la confusión ocultarían la Luz de los astros de esa edad de los hombres, pues tampoco eran tiempos para que uno tuviese miedo de usar sus ideas.
El joven Marcos lucharía por salvar sus sueños y también los de la humanidad aunque eso significase perder algunas cosas que podrían considerarse importantes. Si esa resultaba ser la mejor de las opciones.
Lo más justo es que un Rey Encontrado reine en su Castillo sea o no sea un Castillo Infinito.
Con tal de que El Soñador no sospechara nada, Marcos escogió un libro y se lo llevó oculto consigo en su bolsa de aventuras.
El libro trataba sobre las andanzas de un sabio caballero versado en el arte de las armas. Luego, El Soñador lo miró con ojos eléctricos a la salida de la biblioteca y al final lo dejó partir con el libro.
Después, El Soñador lo siguió hasta la puerta con una mirada profunda y malvada.
Y cuando Marcos abandonó aquel lugar pensó que si tenía que morir por salvar al Rey Encontrado que debía de ser con mucho ruido y poca queja por su parte. Que iba a notarse que había vivido con intensidad aquellos meses durante su estancia en el otro mundo y que debía compartir su viaje con los que después leyesen su humilde palabrería escrita con el corazón en un puño.
Al terminar de pensar estas cosas Marcos aprendió a borrar todas las huellas que le empujaron a llegar a aquel sitio y que el Mal hubiese usado en su conveniencia contra él.
Marcos había logrado cumplir su sueño a través del sufrimiento y había logrado sobrevivir para contar la partida y el regreso de sus viajes.
Marcos había vivido como real una auténtica fantasía de justas, torneos, princesas y batallas a corcel y espada.
Pero ahora tendría que ayudar al Rey Encontrado desde su mundo sin que éste y Era lo pudiesen adivinar. Y de ese modo alcanzar la paz del Reino Olvidado y de Ciudad Fronteriza.
Pero al poco tiempo Marcos cerró los ojos, realizó una inspiración profunda y contempló impasible a la vez que expectante a la Luz más hermosa que puede nacer de una estrella: blanca, serena y pura derrotando a la Oscuridad de los últimos años. Luego, todo ello vino acompañado de una gran explosión de fuego y piedra que fue seguida tan solo por el silencio de los pesares, las aflicciones y la esperada vuelta a la normalidad de la vida.
El fin de la locura por la codicia del mundo material.

-Oh..., madre, creo haberme convertido en el que nunca muere y que por ello vivo compartiendo el sueño de mis horas lúcidas y noches con los demás seres. Ya hace algunos meses que cesó el llanto. Al fin me abandonó la desdicha y pude librarme de los infiernos que no me hacían feliz. Trataré de no traicionar esos principios, ni necesitar de grandeza, poder y cosas que en definitiva no sirvan para nada. Ya no penderán esos grilletes de mi cuello y mis muñecas. Jamás veré su tortura controladora donde no hay lugar para la libertad y la elección que te arrastra a un destino de falsía. Que el mundo siga imaginando quimeras que ni yo mismo en mis horas lúcidas lograría descifrar las palabras que hay escritas aquí. No vendrá el imaginario minotauro desde Minos a rebatirlas si no existe.
Su verdadera significación y el tiempo empleado en ellas es ya de por sí un problema irresoluble que se pierde en la noche de los tiempos y en los albores del eterno amanecer.
Imagino que algo perdurará y espero que sea lo bueno aunque sé que con el tiempo puede que eso mismo ya no importe, ya nadie es dueño y poseedor de los caminos que se bifurcan en la vida. Para bien o para mal todos tenemos una tarea que cumplir en este mundo a veces injusto.
Y ya es hora de dar paso al olvido y a la senda pues no he sabido hacerlo mejor y si es así no creo que pedir perdón por no haber hecho ningún mal a nadie sea la mejor de las opciones.
Entonces y en ese mismo instante una Sombra Alada y negra como la amargura de una Crisis del mundo surcó los cielos del país del Rey Encontrado, y a lomos de la Sombra Alada iba "El Soñador" cruzándolos. Y es verdad que por donde pasaba la sombra sembraba la desesperación en los corazones.
Tras ver aquello y después de tantas reflexiones Marcos se encaminó al cementerio de su ciudad para recordar y honrar a sus antepasados como había leído en el libro que se titulaba "El Soñador" y una vez que llegó allí Marcos vio una tumba antigua y leyó la desgastada esquela de un caballero errante del siglo diecisiete.
La espada permanecía dormida en un yunque de piedra acerada frente al lago de Carucedo y estaba recubierta de diamantes, zafiros, rubíes, topacios y coloridas gemas. Aunque dormida en apariencia la espada estaba viva y un corazón enérgico palpitaba en su interior.
Entonces, Marcos se acercó a ella y tiró con fuerza del mango enjoyado hacia si mismo.
Después, una luz cegadora lanzó varios destellos e iluminó su pálido rostro de modo que la espada se deslizó del yunque con suavidad y cayó a los pies de Marcos, su actual dueño y Señor.
La espada se llamaba Durendal, y se trataba de un arma muy poderosa que había sido colocada allí por los antiguos Reyes Olvidados que habitaban el Castillo Infinito para derrotar al Soñador y a los Hechiceros Oscuros de forma definitiva.
La espada de acero diamantino pulido, con rubíes y gemas de muchos colores había sido creada en la forja de los cielos y fraguada por el noble corazón de los antiguos reyes como en las gestas del Rey Arturo.
Soñada en la fragua de Nabu el Sabio y en tal irrealidad donde ningún soñador puede desvanecerla. Allí donde gobierna el Rey de todos los Reyes. El Rey del Conocimiento.
Tras las andanzas del Rey Encontrado y Marcos con Dafne y Matacuervo en el Castillo Infinito éstos siguieron con su camino. Sin duda presenciaron una bonita historia que ya pertenecía al pasado.
En el otro mundo Marcos y el Rey Encontrado avanzaron unos metros y se acercaron a una lápida de las afueras de Ciudad Fronteriza que narraba lo siguiente:

""Oro y sol. Agua y vida. Esta es la espada que fue forjada en los Altos Hornos del Tiempo donde moran los inmortales pensamientos del hombre que soñó un dios que pertenece al sueño de una literatura ajena y misteriosa que llegó al mundo a través de un espacio indescifrable donde la muerte es sólo una quimera más.
Sabemos que moriremos pero qué más da. Otros hombres vendrán luego que quizás encuentren la Fuente Perdida. Diosa eterna y poseedora de las llamas de la vida infinita.""

Cuando Marcos terminó de leer el escrito de la lápida que había junto al yunque de Durendal se dispuso a arrancar la espada a la orden del Rey Encontrado, que estaba al otro lado del reflejo y que ni siquiera sabia lo que hacía, y alzándola a los cielos desafió con un gesto de caballero remoto a la Sombra Alada. Al Soñador. Al hombre de mirada perversa.
A la oscuridad sólo se le hace frente con la luz que a su vez es llama del amor y máxima claridad, y Sombra de Oro brillaba como nunca ante el Cataclismo que se avecinaba.
Esperanza, confianza y aguante eran las palabras que había que pronunciar ahora.
""Gram, Durendal, Joyeuse, Excalibur
 Sus viejas guerras andan por el verso, que es la única memoria.""
J.L.BORGES




La Guerra contra el Soñador 

Capítulo 9

Las hordas de bestias se aproximaban y descendían por el valle y miles de arañas se les unieron a aquella lucha que sería recordada como la Guerra de las Arañas.
Marcos sostenía a Durendal en su mano derecha y el Rey Encontrado trotaba a su lado con ligereza a lomos de Sombra de Oro. 
La sombra Alada descendió y el Soñador agarró un arco, tensó la cuerda, colocó una flecha envenenada y descargó el arma contra el chico.
En ese momento, Marcos giró sobre si mismo e hizo que Durendal describiese un círculo y quebró la flecha del Soñador en un instante que pareció eterno.


-¿Quién eres?-le preguntó el Rey Encontrado.
-Yo soy nadie.-le contestó el Soñador con una sonrisa burlona.
Luego, Marcos frunció el ceño y sus ojos proyectaron furia cuando dijo:
-Yo también he sufrido los embites de la ignorancia del mundo, Soñador. De alguna manera todos somos nadie pero eso no te capacita para impedir nuestra misión de acabar el Castillo Infinito.-le dijo Marcos desafiante.
-¡Silencio escoria humana, y guárdale respeto al señor de todos los pensamientos! El Rey Encontrado volverá a ser Desterrado, pues ves aquella estrella en el cielo de este atardecer que asoma por el horizonte. Allí os enviaré con la Sombra Alada y jamás podrás regresar.- dijo el Soñador.
Las hordas de criaturas se acercaban mientras que el Soñador hablaba y el mundo no se había detenido ni un segundo.
-¡Envíanos pues a esa estrella y te demostraremos entonces de lo que somos capaces!-le dijo Marcos sin temor. -No te tenemos ningún miedo Soñador.-
-Entonces, tú lo has querido muchacho. Pero esta maldición solo caerá sobre ti. Por osado.-le dijo el Soñador.
De pronto, una nube de humo cubrió a Marcos y lo lanzó hacia el espacio exterior atravesando las Galaxias y Nebulosas hasta llegar a un asteroide no más grande que la Tierra pero en el que florecía la vida.
Allí había bosques, lagos, ríos y mares por doquier con extrañas civilizaciones que se habían adaptado a aquella extraña climatología.
La mayoría eran como animales parlantes y pobres que se dedicaban a cultivar la tierra de sol a sol y que no se ayudaban entre ellos. 
Al parecer una extraña enfermedad llamada egoísmo que había llegado con los últimos colonizadores se estaba extendiendo entre todos los pobladores.
Cuando por fin la nube abandonó a Marcos este comprobó con asombro que el Soñador además de alejarlo a millones de años luz del planeta lo había convertido en un lobo alado, y las hermosas plumas de sus alas eran como las de las águilas imperiales.


Mientras tanto en el otro mundo...


Las hordas de monstruos seguían avanzando en dirección al Rey Encontrado que se subió a lomos de Sombra de Oro y el caballo soltó un relincho jubiloso.
A su vez Era sacó de su mochila un aparato de comunicación moderno con el que contactó con Dafne y Matacuervo para que acudiesen en su ayuda y para que también avisaran a todos los habitantes de Ciudad Fronteriza que pudieran hacerle frente al Soñador en una de las batallas más feroces y sangrientas que recordaría el mundo del Castillo Infinito.


Justo cuando el Rey Encontrado se disponía a lanzarle su espada al Soñador fue detenido por las voces de cuatro guerreros legendarios procedentes del continente Vijon que también querían ayudar en la batalla. Estos recibían los nombres de Eliena, Zelk, Tor y Tersan, también conocidos como los cuatro guerreros que nacieron del barro y se hicieron de oro y que sólo un verdadero ídolo de barro como el Rey Encontrado podía comandar.
A lomos de un Dragón Atómico también apareció Danke y las cosas se le iban poniendo cada vez más feas al Soñador que lanzó un grito de furia estridente que dejó sordos a nuestros guerreros e hizo que el Rey Encontrado se desprendiese de Durendal.
-¡Ahora voy a llamar a las Brujas retorcidas y ladinas de los páramos! ¡Pues ellas y su magia serán más poderosas que esos idiotas y también llamaré a la Reina de las Arañas!-exclamó el Soñador muy enfurecido.



-¡Con que esas tenemos!-le contestó el Rey Encontrado. ¡De ese modo yo también llamaré al escritor del Nigromante del Anticosmos que escribirá un final para el Soñador en el que será pisoteado, aniquilado y borrado de la faz de la Tierra!-dijo el Rey Encontrado.
En ese instante, la mirada furiosa del Soñador no se podía describir con palabras, y una sombra oscura ocultó las estrellas cuando la Sombra alada extendió sus alas por todo el país. 
El Castillo Infinito despegó del suelo despedazándose en escombros por la base y voló hasta situarse a la cabeza del Rey Encontrado, y dijo el Soñador:
-¡Si yo quisiera destruirte solo tendría que dejarlo caer sobre ti Rey Encontrado! ¡Creías que no fracasarías contra el verdadero Rey de este mundo! ¡Yo que lo sé todo y todo lo que va a ocurrir en el futuro! ¡Soy más que poderoso! ¡JA JA JA!-dijo el Soñador fuera de si entre maquiavélicas carcajadas.
-¡Marcos nos salvará!-le espetó el Rey Encontrado al Soñador.
 -Allí donde lo he enviado no hay esperanza y perecerá convertido en una inútil y despreciable bestia alada.-sentenció el Soñador.


La nube de monstruos se acercaba cada vez más pero también aparecieron los soldados de la ruinas de Ciudad Fronteriza con ganas de hacerle frente al Soñador. Sobrevolándolos iban Matacuervo y Dafne como dos jóvenes enamorados que iban a buscar a su hijo Marcos.
De pronto, el Soñador se lanzó contra el Rey Encontrado y Sombra de Oro le dio una coz a Durendal que estaba en el suelo tras abandonarla y en un veloz movimiento fue a parar a las manos del Rey Encontrado, que la sujetó con firmeza y rebanó de una estocada la cabeza del Soñador que rodó a sus pies con un gesto de incredulidad. 
El Rey Encontrado y los demás no podían creerlo, ya que al parecer todo había terminado, sin embargo, las bestias seguían avanzando impasibles hacia los guerreros aliados.
-Parece que todavía no hemos terminado.-le dijo el Rey Encontrado a Sombra de Oro que miraba intranquilo al Soñador, el cual comenzó a transformarse en una Hidra Multicéfala.
-¿¡Qué me has hecho?!-le gritó desconsolado el Soñador. -¡Ahora vas a saber lo que es bueno maldito Rey!-
De pronto, el Soñador lanzó un ataque feroz con todas sus cabezas y las fauces abiertas y el Rey Encontrado convocó a todos los arqueros de Ciudad Fronteriza que lanzaron contra el Soñador una lluvia inmensa de flechas flamígeras. En seguida, la bestia se revolvió de dolor y comenzó a echar llamaradas por todas las bocas. Pero justo en ese momento apareció Matacuervo que dejó a Dafne en el suelo y sujetó con sus garras a una de las cabezas de la Hidra y la subió  a los cielos todo lo que pudo y luego la dejó caer al suelo, y el estruendo que se formó cuando cayó fue semejante al provocado por un terremoto.
Entre los temblores llegaron las Brujas que lanzaron sus sortilegios y que fueron derrotadas con rapidez por los soldados rasos de infantería, pero estos no lo tuvieron tan fácil con la Reina de las Arañas y su enorme ejército arácnido que finalmente llegó con su lluvia de veneno y los mató a casi todos.
Después de todo eso el Castillo Infinito volvió al suelo muy agrietado y el Rey Encontrado se salvó de ser aplastado gracias a Sombra de Oro que lo salvó al galope.
Una vez a salvo resopló, y se dijo:
-Bueno, nadie es perfecto y al menos seguimos vivos en medio de todo este caos que no acabo de comprender del todo.-


Sombra de Oro dio una coz al suelo en señal de estar de acuerdo con su amo y la batalla siguió su curso...



LAS TRES PRUEBAS


Capítulo 10

Mientras tanto en el asteroide Marcos sintió el viento mecerse entre sus alas, luego cogió un poco de carrerilla y se lanzó a surcar los aires. Sobrevoló un castillo de piedra que tenía doce torreones y dos preciosas banderas de la comarca que ondeaban continuamente con las ráfagas de viento.
Después se dirigió hacia uno de los torreones, luego atravesó una de las ventanas y al final llegó a una cámara circular muy bien decorada al estilo clásico inglés en la que permanecía dormida una joven casadera muy hermosa. La muchacha se despertó de pronto y chilló tan fuerte que alertó a los guardias del castillo que subieron atemorizados por lo que podía haberle sucedido a la princesa.
Cinco guardias le lanzaron una red enorme a Marcos y lo apresaron y arrastraron hasta el salón principal del trono en el que se encontraba el Rey de ese castillo que a su vez era un poderoso y malévolo hechicero que buscaba marido a su hija.
-¡Vaya, pero qué tenemos aquí! ¡Qué clase de alimaña horripilante se atreve a intentar secuestrar a mi hija a dos días de la boda Real con su prometido el Conde Mapache de Pemberly! ¡La pena máxima por este delito es la horca! ¡Que lo lleven mañana al centro del pueblo y que allí sea juzgado ante los ojos de Dios!-dijo el Rey Hechicero con altanería.
-Disculpe señor.-le dijo el zorro ayudante a su amo. -¿Y no sería mejor condenarle a realizar las Tres Pruebas?-
-¡Las tres pruebas! ¡Ahhh sí, ya lo había olvidado!-dijo el Rey.
Esas malditas pruebas son peores que la mismísima muerte. La peor perversidad.- Sea así. ¡El intruso no será condenado a la horca sino a realizar las tres pruebas, y si no las realiza será decapitado por el zorro!-decretó el monarca.
-Oh vaya...- dijo el zorro con desánimo. -Mi señor, disculpe pero yo no tengo ni idea de como se mata a un hombre lobo alado. Sólo quería recordárselo.-le dijo el zorro un poco ruborizado por la osadía de su Rey.
-¡Calla estúpido! ¿Y todavía dicen que los de tu raza son astutos? Me la tienes jurada animalucho de fábula. De este modo el asunto ya ha quedado zanjado y mañana al amanecer cuando cante el señor gallo ese lobo alado comenzará su ardua tarea que nadie antes ha superado.-se explayó el Rey del castillo.
La joven princesa sonrió satisfecha y fue en busca de los brazos de su amado padre que parecía estar bajo la influencia de un poderoso hechizo también que le impedía sentir pena o compasión hacia sus semejantes o seres desconocidos. En esto parecía estar implicado el Conde Mapache.
Los soldados llevaron a Marcos encadenado hasta un precipicio abandonado en el que había una mesa de escritorio con una especie de ordenador portátil y una silla de trabajo de oficina ergonómica. Todo parecía un poco extraño, inusual y anacrónico.
-¿Sabes programar uno de estos, hombre lobo alado?-
-Esto...no entiendo esas máquinas y no creo que llegue a comprenderlas algún día. No es mi rollo perder el tiempo con gilipolleces como esa.-dijo Marcos.
-Pues esta es la primera de las pruebas. Tienes que realizar un programa que consiga desenganchar de la red a millones de usuarios y de todas la redes sociales que existen actualmente.-
-Bien, eso es fácil para mí.-le dijo Marcos.
-¡Fácil!-dijeron a la vez los soldados y se rieron de Marcos. Del sin sentido de la orden sobretodo.
-Eso es algo que nadie ha logrado aún.-concluyeron los soldados partiéndose de risa.
Sin mediar palabra el hombre lobo alado que en realidad era Marcos transformado así por el Soñador Multicéfalo le pegó un puntapié al ordenador y lo arrojó al vacío del precipicio. Luego, el portátil abandonó el asteroide, surcó nebulosas, galaxias y sistemas. Seguidamente y no casualmente alcanzó la Tierra y fue a parar a la misma cabeza de la Hidra Multicéfala con la que todavía estaba luchando el Rey Encontrado. El ordenador cayó de la cabeza de la Hidra al suelo y rebotó varias veces hasta detenerse en tierra y al ver aquello Era comprendió que las nuevas tecnologías los estaban transformando en unos verdaderos inútiles, después cogió los planos del Castillo Infinito, los introdujo en el ordenador y de repente desapareció el Castillo cuando un hacker anónimo se entretuvo un rato robándolos. Era se quedó paralizada con aquello pues sus temores se estaban realizando ante sus ojos y la pesadilla llamada Castillo Infinito nunca acabaría.
De pronto, en el asteroide Marcos recuperó su forma humana pero seguía conservando las alas de rapaz.
-¡Estoy recuperando mi forma original!-se dijo el muchacho sorprendido.
Los guardias se enfurecieron y comprendieron que la bestia había sido capaz de superar la primera prueba.


El Cuervo Blanco y el Rey Soberbio

Marcos se alejó del acantilado y se adentró en un bosque que discurría en la ladera de una montaña y en su mismo centro se hallaba situada una casa de madera un poco destartalada en la que habitaba un Rey Soberbio que tenía como humilde mascota a un cuervo blanco.
El Rey Soberbio se acercó a Marcos y lo miró de arriba a abajo tratando de destruirlo con su análisis y Marcos no dio ni un sólo paso a atrás. Al ver que el joven no se ofendía el Rey Soberbio le lanzó una pregunta.
-¿Te mirarías en ese espejo muchacho?-
-No.-le contestó el joven Marcos y prosiguió diciendo. -Jamás me miraría en el mismo reflejo que un ególatra.-sentenció.
Y el Rey Soberbio que no pudo soportar aquello se dirigió hacia el espejo de un brinco, lo quebró con sus puños en mil pedazos y con uno de esos fragmentos se dio muerte.
El cuervo blanco lo miró con tristeza y le dijo a Marcos que ahora era libre y que había superado la segunda prueba. Y el Rey Soberbio se desvaneció como un triste eco perdido entre montañas olvidadas para nunca volver.
-¿Y la tercera prueba?-preguntó Marcos al tiempo que recuperaba la humildad perdida a cambio de su arrogancia de lobo.
-¡Ganarme en los cielos con tus alas!-le respondió el cuervo blanco con entusiasmo.
Entonces, Marcos se miró las alas con preocupación pues apenas sabía usarlas, pero tenía que volver para ayudar al Rey Encontrado a ganar la Guerra que se estaba librando en el mundo. Y en seguida el cuervo blanco alzó sus alas y surcando los cielos le hizo una seña a Marcos para que lo siguiera y en una veloz sacudida de viento sus alas se desplegaron, las plumas ondearon de lado a lado y abrazaron las ráfagas que se movían en todas direcciones extendidas sobre vientos que yo sólo recordaba haber visto descritos en antiguas leyendas de los lejanos mares de Ícaro. La ficción se abría paso y la imaginación se desataba al ritmo de la narración de los sucesos del Castillo Infinito hackeado. Marcos pensó que si algún día contaba esta historia a otro ser humano nadie le creería, y quizás un día arrepentido de haberla escrito o contado la olvidaría, la borraría o la quemaría para no ser tomado por majadero. 
En el fondo, Marcos amaba las disparatadas historias de caballerías en tiempos de un antirromanticismo casi patológico como señalaría C.S.Lewis  en su crítica de Las Dos Torres de J.RR.TOLKIEN. Pero de momento, sólo había tiempo de pensar en superar la tercera prueba y regresar al lado del Rey Encontrado. Y al fin volver a casa con su madre Elisabeth y poder darle un fuerte abrazo que pensaría de él lo mismo que de los sucesos narrados por Don Quijote a Sancho Panza en la cueva de Montesinos. Locuras, disparates y majaderías, y sin embargo para Marcos todo eso era el descubrimiento de un territorio inexplorado.


La Carrera por los trabajos de Era



Capítulo 11

Marcos siguió al cuervo blanco ascendiendo los cielos hacia lo más alto que le permitieron sus fuerzas hasta contemplar en la lejanía una torre altísima que se alzaba inmortal entre las nubes, que a Marcos le recordaba a la conocida Torre de Babel.
-Mira muchacho.-le dijo el cuervo mientras se acercaban volando a la torre. -En caso de que superes la tercera prueba esta torre se convertirá en el portal que te devolverá a casa para ayudar al Rey Encontrado en la batalla contra el Soñador.-le contó el cuervo blanco.
-¿Y quién construyó esa torre?-le preguntó Marcos intrigado.
-Su nombre es Era. Una mujer muy hermosa.-le contestó el cuervo blanco con tristeza a causa de otros pensamientos que le atormentaban. -Y del interior de su torre brota el brillo de cien mil supernovas. El tesoro que acumularon los dioses más importantes de los universos conocidos y que perdieron por hacer caso de su traidora mano derecha, pues ese tesoro estaba maldito y había corrompido a todos esos mundos y a sus pobres criaturas hasta hacerlas perder el juicio y hacerlas caer en la miseria y la muerte.-pero eso lo dijo el cuervo con tristeza, como si fuera inevitable que fuese a ocurrir una y otra vez. Como si todos los seres con intelecto no escarmentaran generación tras generación empeñados en un continuo e injustificado no asimilar que nunca tendremos el oro suficiente.
-¡Has de ganarme aquí, en estos aires inestables! Pues el poder de ese tesoro es capaz de devolverte a tu casa, pero si yo llego antes que tú a la meta me llevará a la mía y el premio será llevarme ese tesoro con todas las consecuencias.-dijo el cuervo.
-Eso podría significar el fin de la paz mental otra vez y del retorno de la codicia.-le dijo Marcos con preocupación.
-Es posible.-le respondió el cuervo blanco. Pero has de saber que yo también fui transformado en cuervo y enviado aquí por el Soñador, y que en cuanto pueda le destruiré y pondré fin a su reinado de maldad.-le dijo el cuervo con altivez.
¡Pero entonces tú te convertirás en su sucesor!-
Tengo que llegar antes que él.-se dijo Marcos en tono bajo pensando en el alcance de lo que podía significar no superar la tercera prueba.
En aquel momento, los vientos seguían danzando y dando forma a las nubes, y Marcos mientras tanto esperaba la señal del cuervo para que diese comienzo la carrera por alcanzar la torre que un día construyese Era. Al parecer la joven se había convertido en una experta en crear edificios de una factura inabarcable.
Momentos después, las alas de Marcos luchaban por abrazar la mayor cantidad de aire que podían y el cuervo blanco que iba un poco por delante de él parecía volar sin esfuerzo alguno, y cuando ya estaban acercándose sin previo aviso las defensas de la torre se activaron e infinidad de cañones comenzaron a lanzarles sus proyectiles mientras trataban de esquivar los cañonazos como mejor podían hasta que una bala alcanzó un ala de Marcos quebrándosela y lo precipitó contra las embravecidas aguas del mar que se ocultaba bajo la niebla y las nubes.
De pronto, el repentino impacto de Marcos contra el agua lo hizo perder el conocimiento y la siguiente imagen que recordaba era la del cuervo blanco alcanzando la torre y verlo transformarse en una gigantesca bestia legendaria que abrazó a la torre, luego aguardó unos minutos y en seguida la bestia fue catapultada con el oro de los mil mundos hacia el espacio exterior, y al final la torre se desmoronó sobre el agua generando un tsunami que arrastró a Marcos hasta un islote en el que más tarde conoció a un naúfrago humano que llevaba tiempo queriendo escapar de allí y que había construido un barco para alcanzar la torre.
Juntos alcanzaron con el bote las ruinas de la torre en la que todo el oro estaba esparcido por el suelo. Luego, miraron a los cielos y vieron regresar al cuervo gigante que volvía a por el resto del oro.
El náufrago le enseñó a Marcos un arpón al que había nombrado Gungir con el que pretendía matar a la bestia. 
Entonces, Marcos y el naúfrago se ataron a una cuerda, y ésta la unieron al arpón y en el momento justo en el que descendió sobre ellos el cuervo, el náufrago lanzó el arpón con todas sus fuerzas a una de las patas y se lo incrustó entre las descomunales escamas de las cuales algunas salieron despedidas, pero esto era algo que el cuervo apenas notó.
Después, el cuervo fue recogiendo con su pico el resto del oro que quedaba entre las ruinas de la torre de Era y regresó al espacio atravesando el Universo a la velocidad de un cometa hasta alcanzar el Castillo Infinito cuyos planos habían sido robados en la primera prueba, y luego arrojó el oro que almacenaba en el pico en los alrededores del lugar en el que se estaba librando la Guerra entre el Rey Encontrado y el Soñador.
De repente, Marcos y el naúfrago se soltaron de la lanza con la que habían vuelto aferrados al cuervo en un viaje alucinante a través de espacios interestelares, y se fueron al encuentro del Rey Encontrado que estaba luchando con sus amigos, con el ejército de Ciudad Fronteriza y contra la Hidra en la que se había convertido el Soñador.
-¡La Carrera aún no ha terminado!-le gritó Marcos al cuervo blanco cuando le arrebató Durandarte al Rey Encontrado y la lanzó con toda su rabia en dirección al mismísimo ojo del gigantesco cuervo legendario, que herido de gravedad y sangrando por la cuenca ocular se alejó dando bandazos por el suelo y aplastando a las criaturas malévolas que acompañaban al Soñador logrando así matar a multitud de ellas sin siquiera proponérselo.



Y usando a Durendal Marcos consiguió desprenderse de sus alas. Era tanta la tensión muscular que sufría por la carrera que apenas sintió dolor y apenas sangró. Por fin ya era libre del hechizo del Soñador y volvía a ser él.



Lucha a muerte


Capítulo 12


Era se emocionó de volver a ver Marcos y a los demás pero por otro lado no se alegró mucho de haberse encontrado con el gran tesoro que guardaba la primera de sus obras maestras. 
La guerra aún no había concluido y Era vio que el Soñador puso sus ojos en el oro que trajo el Cuervo en su pico enorme y también los puso en el Castillo Infinito. 
De pronto, la codicia hizo que el Soñador sufriese otra transformación indescriptible convirtiéndolo en una masa de carne deforme, luego éste dio un salto imposible y alcanzó al Cuervo Blanco que logró domar con la espada Durendal clavada en la cuenca ocular, y al final volvió a la carga contra el Rey Encontrado y sus amigos.
En cambio, cuando todos creían haber perdido toda esperanza Era hizo caso a su voz interior que le dijo que ocurriría todo lo contrario, que todo saldría bien y que cada uno de esos seres malvados que tanto daño habían arrojado a los pueblos libres recibirían su justo castigo. 
Después, el Rey Encontrado se subió a lomos de Sombra de Oro y gritó sus cánticos de victoria por la boca relatando leyendas y tambaleando los males del mundo como nunca antes. Uno de ellos decía así:

¡No entres en tu casa al difamador
que ostente la avaricia!
¡No sea que acabes como carroña pasto de los buitres del averno
y con la sensación de haber vendido tu alma a bajo precio! ¡Destierra al cruel y mentiroso envidioso! ¡Haz que silencie su dañina boca! 
¡Y no temas! ¡No hay nada que temer!
¡Pues derrotar a la oscuridad es la única misión para un alma que persigue la inmortalidad de los héroes!
¡Durendal, Durandarte! ¡Eterna compañera rebanadora de cuellos maliciosos!
¡Honra y estatuas al final tras los cuervos de la noche y los huesos resquebrajados de los guerreros de la luz...!

Más tarde, Matacuervo lanzó la Flor Estrellada a los brazos del jinete de Sombra de Oro, y éste finalmente se la entregó a Marcos. Luego, la luz blanca los cegó y la oscuridad se vio gravemente amenazada. El grito de furia y de desesperación del Soñador sobrecogió a todos pues ya se aproximaba el final de la batalla. 
Al parecer el Soñador no había conseguido sembrar el odio y la desconfianza en todos los corazones de Vijon incapaz de reconocer la belleza que se oculta en cada uno de sus habitantes que los convierte en únicos, humildes y mejores ante todo lo demás.
Por eso aunque no hubiese sucedido en realidad la victoria por la carrera en los cielos, Marcos ya había superado la tercera de las pruebas porque mucho antes de que ésta hubiese dado comienzo el Cuervo Blanco ya la había perdido. 
Marcos tuvo el valor de seguir su propio camino, aquel que ya creía haber olvidado para siempre en los más ocultos rincones de su alma. Ningún mal podría sustituir o menospreciar el poder de un corazón puro. Entonces, Marcos sostuvo la Flor Estrellada entre sus dedos y se acercó al Soñador para desafiarlo como si del final de una justa caballeresca se tratase.

-Así que volvemos a encontrarnos muchacho, y veo además que llevas contigo esa misteriosa Flor Estrellada.-le dijo el Soñador en tono insultante, tras adquirir ligeramente cara y expresión humana.
-Eso parece.-le respondió Marcos. -Ahora que estoy libre del hechizo que me transformó en lobo alado y tras superar las tres pruebas vas a ver lo que se siente al probar lo que salga de este artefacto arcano. ¡Maldito! ¡Juro que te mataré con el poder de la Flor Estrellada!-le dijo Marcos furioso.
-Solo espero que esa Flor Estrellada tuya sea capaz de impedir que lleguen a su destino las balas de plata punzantes de este viejo revólver hecho de madera de sándalo en las ásperas tierras de Gilead. Hogar de pistoleros.-le dijo el Soñador con un una mueca burlona en la cara, al tiempo que adquiría la forma del brazo humano y sujetaba el arma de metal diseñada de forma impecable.
De pronto, se escuchó girar el tambor, en seguida se produjeron unas feroces deflagraciones y los disparos del revólver atravesaron el pecho del muchacho varias veces. En cuestión de segundos, la sangre brotó de sus entrañas y Marcos cayó al suelo desplomado y empapado de sangre. Muerto.
Los demás no pudieron hacer nada y cuando tuvieron tiempo de reaccionar ya era tarde para el muchacho.
En un estado de absoluta locura El Rey Encontrado se encontraba cabalgando sobre Sombra de Oro y se aproximó al galope al Soñador, después le arrancó Durendal al cadáver del Cuervo Blanco y de una estocada veloz y certera decapitó a aquel monstruo informe, luego cogió la Flor Estrellada de la mano de Marcos y la introdujo en la boca del Soñador con todas sus fuerzas. En seguida, éste comenzó a arder y en cuestión de segundos se vio envuelto en llamas lanzando profundos alaridos que helaban la venas de todos los allí presentes. 
Cuando el Soñador cerró la boca lo único que permaneció de él fue el olor a carne chamuscada, y su alma oscura fue a parar al río donde van los muertos. El Hado.
Con presteza, sus huestes horripilantes se agitaron y huyeron despavoridas alejándose campo a través pero pronto encontraron la muerte entre las flechas del segundo regimiento de arqueros de Ciudad Fronteriza que acababa de aparecer para salvarles. La guerra fratricida de la ciudad por fin se había terminado y se alzaba un único y unido ejército.
El padre del Rey Encontrado, el Rey Olvidado,  de haberlo visto derrotar al Soñador y a sus ejércitos del mal estaría muy orgulloso de él.
Finalmente, el Rey Encontrado se acercó a Marcos con lágrimas en el rostro y abrazó al muchacho sin vida, y el náufrago del mar del meteorito le ayudó a darle honrosa sepultura no muy lejos del lugar de la batalla. Sombra de Oro dio un relincho de pena y una sombra de impotencia los sobrecogió y los derrotó.
Pasados esos duros momentos Era se acercó al ordenador casi roto y recuperó los planos del Castillo Infinito después de que el hacker que era un siervo del Soñador se asustara pensando que le harían a él lo mismo y los devolvió a la red donde Era pudo recuperarlos. 

Por fin Era tenía claro como acabaría el Castillo Infinito...


<<Al final de la paciencia aguarda el cielo.>>

Antiguo proverbio africano



Mientras tanto, en una isla remota del océano acababa de atracar un velero. El capitán del barco sonreía a la tripulación, y a su lado un hombre con aspecto de naúfrago desaliñado fregaba la cubierta.

-Buenos días, mi capitán.-dijo un hombre de aspecto siniestro, oculto tras una capa oscura.
-¿Cómo van los planes?-le dijo el capitán en tono malicioso.
-De momento todo va muy bien. Tenemos al muchacho de nuevo con nosotros. El otro está muerto y enterrado.-
-Eso no importa. Hemos capturado al Rey Encontrado. ¡Que lo traigan a mi presencia!-dijo el capitán.
Cuando el Rey Encontrado apareció y vio al hombre que se parecía enormemente al Soñador no pareció sorprenderse en absoluto. En una historia así matarlo una vez no era suficiente, y eso lo saben los que han leído o escuchado muchas historias, no los que dan todo por sentado desde un comienzo.
Al morir Marcos abrió los ojos en otro tiempo, en un lugar paradisiaco, luminoso y repleto de fauna y vegetación. Luego, se levantó del suelo y se contempló las cicatrices del pecho boquiabierto.
-¿Qué es lo que se supone que ha ocurrido aquí?-
se preguntó Marcos con dolor de cabeza. Pensar en varias dimensiones y que ya había pasado por unas cuantas le mareaba y le angustiaba.
Entonces, se acordó del libro del Castillo Infinito, se acordó de los anaqueles de literatura fantástica, del Rey Desterrado y de su historia. Recordó que todo había comenzado con la lectura y que seguramente así debía de acabar. 
En seguida, Marcos cerró los ojos y pensó en volver a su ciudad. Cuando los abrió, volvió a la biblioteca, cerró el libro del Castillo Infinito y regresó a su casa. Allí todo parecía normal, después abrazó a su madre, la besó en la mejilla y se fue a dormir. Luego, Marcos siguió soñando. 
A la mañana siguiente, al despertar, Marcos se palpó el pecho y notó las cicatrices de las deflagraciones de los disparos del Soñador. Volvió a mirar y allí no estaban. Al parecer todo había sido un sueño, pero uno muy real y vivido. Segundos después, Marcos recordó el metálico sabor de la sangre en la boca y se sintió aterrorizado y comprendió que alguien había tratado de matarlo durante años, alguien muy cercano a su vida.
-¡Cariño! ¡Voy a salir a cenar con unas amigas! Llegaré pronto.-le dijo Elisabeth.
-Muy bien.-le contestó Marcos. Que había visto a su madre salir con un hombre que le recordaba al Soñador, y Marcos volvió a sentir escalofríos. Su nuevo novio era el dueño de la biblioteca.
El libro del Castillo Infinito seguía con él, estaba en su mesilla. Lo abrió de nuevo y apenas quedaban unas cuantas páginas para el final, y el último capítulo se titulaba Transcurridos cinco años.
De repente, ante él apareció un trono hecho a la medida de un rey y su reina. Y la armadura del Rey Olvidado, la espada Durandarte capaz de controlar las mentes débiles, y la corona del Rey Encontrado ya estaban dispuestas para serle colocadas en su cuerpo.
Cuando la corona tocó la cabeza del Rey Encontrado los Reyes Malvados que el Soñador colocó en el continente Vijon fueron destronados y estos tronos quedaron vacíos para Era y el Rey Encontrado. Y en esas tierras reinó la paz por muchos años cuando el Castillo fue acabado por Era y dejó de ser para siempre un castillo infinito. Marcos terminó esa página y por fin cerró el libro. Parecía un buen final.
Transcurridos dos años desde que comenzara su lectura se había vuelto un poco más listo, sabio y confiado. Esas revelaciones le hicieron comprender que su historia concluía algo más grande que escapaba a su entendimiento. El eterno enfrentamiento de unos dioses donde el Naúfrago era el Guardián de la Eternidad y el Soñador el Nigromante del Anticosmos, y él el único y verdadero Rey de su historia.


Apéndice

Sombra de Oro acompañó a su Rey con felicidad hasta el último día de sus vidas, y enseñó a galopar a todos sus hijos.


 Fin

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