Capítulo 2 de : El Mundo que me Negaron
El último adiós de una Reina
Teresa se retorcía en el camastro por los dolores provocados por las contracciones intrauterinas y Matacuervo permanecía a su lado estrechándole la mano con firmeza. Ambos sufrían.
Teresa por el bebé y Matacuervo por la salud de su esposa, que poco a poco iba volviéndose más pálida.
De pronto atravesó la puerta Woodworld, la rata robótica, que hizo de partera.
Woodworld agarró al recién nacido que ya asomaba la cabeza, tiró con fuerza hacia fuera con la placenta ensangrentada y le cortó el cordón umbilical con las garras.
Al mismo tiempo que nacía el Guardián de la Eternidad Teresa se estaba muriendo.
Entonces, la muchacha recordó aquellos lugares que visitó de niña junto a Madulf y Arbórea y a Mike, que en ese momento apareció por la puerta con un ramo de rosas rojas en la mano para ella.
Teresa recordó que Mike había sido su primer amor; le sonrió a Mike, después pensó en el collar de conchas de todos los colores que le regaló su hermano Luco, también en su infancia y el suceso con la espada de Roxwell, luego en su amiga Ángela, finalmente contempló a su esposo Matacuervo y murió en paz.
El Guardián de la Eternidad lloró y los cielos tormentosos se desvanecieron para siempre del Castillo. Continuará...
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